Perú. Carta de Guillermo Bermejo de Todas las Voces ante una publicación del diario Correo


Mariátegui
16/03/14

Guillermo Bermejo

Respuesta a la jauría mediática

"A mí no me cogen, yo creo en lo quiera, creo en la gente,  creo en mi bandera, creo que los que me señalan con el dedo, me tienen miedo porque yo no tengo miedo" Calma Pueblo- Calle Trece

Ver mi cara de portada de un diario de la ultra derecha, acostumbrada a difamar y que es heredera de ese cáncer llamado Aldo Minúsculo, adornada del título "Cocalero Chavista"(http://bit.ly/1p1QPsu) ya me avisaba de una campaña orquestada, de esas que pretenden asustar al público, pero que genera carcajadas por  no tener ni el mínimo rigor periodístico.

Si la intención era delatar mi accionar, al menos sabrían que campesino cocalero ni productor  de hoja de coca soy.

Yo vine al VRAEM  a asesorar a una comunidad que tiene problemas con el Estado, que le quiere quitar sus terrenos  para construir un aeródromo militar. Y lo que comenzó con visitas esporádicas desde inicios del año pasado, se ha convertido en estadía permanente, porque caminar el VRAEM, ver sus problemas y quedarme de brazos cruzados, sería contradictorio con mi historial. Los que me conocen saben de lo que les estoy hablando.

Y a esa problemática del aeródromo y los terrenos que quieren expropiar, se le anexaron en noviembre pasado el vivir en carne propia lo que padece otra comunidad que tiene la vida pendiente de un hilo al tener una base militar dentro de sus terrenos.

Bombardeos y ametrallamientos, balas que cruzan sus débiles paredes de madera y casquillos que atraviesan sus techos de calaminas. Niños con papel higiénico en los oídos para aminorar el ruido de las bombas que caen y maestros y médicos que se retiran pues no pueden dar clases ni atender en esas condiciones.

Y cuando en Diciembre ya alistaba maletas, pues muchos de los pedidos estaban para ser tramitados, nos llegó la noticia, como cereza del pastel, que el gobierno iniciaría la erradicación compulsiva de la hoja de coca. Esa que ya en el resto del país ha causado muertos, heridos, presos y miseria para el campesinado, mientras el narcotráfico sigue con los negocios viento en popa.

Organizarse aquí no es fácil. Siempre bajo el ojo vigilante que intenta asustar de todos los servicios de inteligencia de las fuerzas armadas y policiales, con autoridades civiles que están de la mano con el gobierno en el despropósito de sobre militarizar y erradicar la hoja de coca, que además, tienen a viejos dirigentes, héroes de otras peleas, como  trabajadores  a su servicio o proveedores de los municipios.

Por eso, pensaban que en el Congreso Cocalero, podrían engañar a todo un pueblo. Lo tenían todo en sus manos. Lo tenían y  el pueblo se los quito.

Y ahora el gobierno sabe que si no frena la erradicación, reubica las bases militares, suspende la  construcción del  aeródromo militar y demás propuestas del campesinado cocalero, (que prometo explicar detalladamente  en la entrega del lunes) se va a tener que comer una protesta que, todo indica, tocara las puertas de Lima, de la indiferente Lima. Conmigo o sin mí.

Entonces como manotazo de ahogado tenían que buscar un culpable. Y pensaron que yo les resultaría rentable.

Y sacaron la vieja acusación de del 2006 donde yo era de todos los grupos subversivos que se les ocurrió y agente de los países que están en manos de los diablos rojos: Sendero del Huallaga, Sendero del Vrae, MRTA, Farc, del imaginario Frente de Liberación Nacional, agente chavista y agente cubano. Todo a la vez o según convenga.

Mencionan que la acusación incluía que, según el gobierno de García, yo quería matarlo a él y destruir la embajada gringa en el Perú.

Olvidan decir que ninguna instancia de justicia les acepto la denuncia, porque la justicia en el Perú será corrupta, pero no estúpida. Una cosa es ganarse unas monedas deshonestamente y otra hacer el ridículo con un sicosocial que me anunciaba como Bin Laden andino, al que tuvieron soltar en 12 horas pues no había con que retenerlo.

Olvidan decir también que luego se demostró que el sicosocial incluía a los angelitos de BTR, la empresa de Ponce Feijoo y Giselle Gianotti, quienes le vendieron la novela que Palacio de gobierno compro y quiso usar con malas artes. Más información en el libro Petroaudios de Gustavo Gorriti y Fe de Ratas de Raúl Wienner.

Pues bien, si la ridícula campañita pretende alguna salida represiva, pues aquí me tienen. Creer que este pueblo, que puso los muertos enfrentándose a sendero, me necesita a mí para luchar es una falta de respeto y un desconocimiento de su historia.

Quiero terminar agradeciendo a todos los que han mostrado su mano solidaria frente a este cargamonton. Y a los que no también. He aprendido con los años, que la lucha popular no te da muchos amigos, pero te da los compañeros correctos. Y con eso ya tengo un cielo ganado.

Hasta la Victoria Siempre

Guillermo Bermejo Rojas


Comentarios

ElAlfarero dijo…
Una vez más el terrorismo mediático saca las pezuñas, o los cuernos del búfalo o la chaveta del fujimontesisnismo, que es la misma mierda. Solidaridad plena con Guillermo Bermejo y su lid paradigmática. Abajo las letrinas de pseudoprensa muy bien tarifada.

Winston Orrillo. Premio Nacional de Cultura del Perú