Debaltsevo: la crisis más grave de los últimos meses en el frente de Donbass


Lo ocurrido la última semana en los alrededores de Debaltsevo puede considerarse una anomalía según los estándares de 2016. El acuerdo de Minsk ha quedado olvidado, el sentido común ha desaparecido. El Ejército Ucraniano juega a culpar a otros y cuenta sus bajas, un número demasiado elevado para ser aceptable. Pero la pregunta es si se trata de una crisis agravada o el preludio de una nueva guerra.


Mariátegui*
24/12/16

El jueves, la batalla en el llamado arco de Svetlodarsk, en el frente de la RPD-RPL, había decaído y el frente se había estabilizado. El Ejército Ucraniano ha sufrido fuertes bajas, un número muy superior a cualquier otros semana u operación en la actual situación, y sigue ocupando las posiciones que antes ocupaba. Pero es preciso comprender que esta intensificación local se ha agravado hasta convertirse prácticamente en una batalla a gran escala con resultados potencialmente impredecibles. Se trata de la crisis más grave que se ha producido en el frente en 2016 y muestra el fracaso de los actuales acuerdos de alto el fuego y de retirada de armas, por no mencionar el fracaso de las misiones de observación.

Hay que recordar que el domingo 18 de diciembre, la 54ª Brigada de Infantería del Ejército Ucraniano, a cubierto de la niebla y el frío en el frente, atacó varias posiciones avanzadas de las milicias en el arco de Svetlodarsk. La configuración del frente es la consecuencia de la famosa “bolsa de Debaltsevo”, cuando el Ejército Ucraniano atacó posiciones avanzadas en territorio de las milicias. Esta configuración del frente ha sido una molestia para el comando ucraniano, ya que siempre les ha recordado que era posible otra configuración del frente. En realidad, las posiciones ucranianas nunca han estado en riesgo, ya que los flancos de esas posiciones están protegidos por masas de agua.

Pese al habitual temor a quedar otra vez cercados en esta zona del frente, el Ejército Ucraniano ha utilizado diferentes tácticas de reconocimiento. Esta zona sigue teniendo un matiz psicológico importante para Ucrania, que sigue intentando probar que la pérdida de Debaltsevo se debió a un cúmulo de accidentes y que la ciudad debe ser devuelta a Ucrania en el marco del acuerdo de Minsk, sin lucha alguna, algo que no va a ocurrir.

A lo largo de todo el año, el Ejército Ucraniano ha reforzado sus posiciones en Svetlodarsk, que en muchos casos ha transformado en zonas especiales de fuego de mortero y otros sistemas defensivos. En la retaguardia, Bajmutka, donde originalmente se encontraba el cuartel general de la 54ª Brigada, posteriormente trasladado a Artyomovsk, depende de esas posiciones. La tarea de esta agrupación es precisamente realizar operaciones de asalto en este frente. Fue formada a partir de los restos de unidades que se retiraron de Debaltsevo, a las que se añadió el antiguo batallón territorial Kievan Rus y más adelante un batallón de infantería.

En la estructura de la brigada dominaba el primer batallón, formado casi íntegramente por veteranos de batallones voluntarios. El resultado ha sido una serie de escándalos de abusos y maltrato, que dio lugar al nombramiento como comandante de la brigada del coronel Vladmir Gorbatyuk, uno de los comandantes más famosos del Ejército Ucraniano, que combatió en Kosovo y que recibió la tarea de reconstruir las piezas rotas de la agrupación de Debaltsevo. Sobre él se han hecho documentales, ha recibido las medallas más importantes y, tras la derrota de la semana pasada, ahora se intenta hacerle parecer un borracho y un idiota.

Ucrania ha tratado de convencer al público de que la iniciativa del ataque contra los puestos avanzados de las milicias en el arco de Svetlodarsk había partido del comandante de la brigada Gorbatyuk al margen de Kiev. Esta versión se publicó inmediatamente después del fracaso del ataque. Las posiciones de la milicia en la zona dependían de una serie de puntos de referencia, mientras que el resto de la línea del frente carece de importancia. En primer lugar está la colina 223 y tres puntos de referencia: Kikimora, Zvezda y Krest. Además de estas posiciones, también son importantes las posiciones en el bosque, habitualmente calificado el bosque encantado, al que las tropas ucranianas se refieren con un término más obsceno.

Todos estos lugares se encuentran en un espacio abierto entre la laguna Gryazev, el río Karapulka y las localidades de Kalinovka (Uglegorsk y Svetlodarsk). Entre ellos queda un espacio de tres kilómetros cuadrados sin grandes perspectivas para lanzar una ofensiva en dirección a Debaltsevo. La sorpresa fue que la 54ª Brigada lanzara la ofensiva sin disponer de las reservas operativas necesarias para desarrollarla. Además, el primer batallón –la punta de lanza de toda la operación– quedó atrapado. Los soldados no contaban siquiera con el apoyo táctico, lo que dio lugar a un fracaso total en el frente. Ni siquiera había suficientes vehículos para evacuar a las docenas de heridos.

Ocultos entre la niebla (el clima en Donbass es muy frío, con temperaturas que llegan hasta los -18ºC, con una densa niebla en los campos), parte del primer batallón de la 54ª Brigada avanzaron sobre el territorio enemigo por delante de la infantería. Antes, los blindados habían intentado romper las defensas de las milicias, pero las defensas se mantuvieron, ya que parte de los equipos de asalto se quemaron simplemente con lanzagranadas. Entonces, el Ejército Ucraniano se lanzó al bosque encantado, donde se encontró en una emboscada y sufrieron las primeras bajas significativas. Los refuerzos y el resto del grupo de ataque avanzó a través de los campos minados, lo que añadió más bajas y más confusión.

Sin embargo, el Ejército Ucraniano fue capaz de llegar a la colina 223 y a Kikimora y otros puestos avanzados de las milicias fueron abandonados para evitar bajas innecesarias. Pero incluso en esas circunstancias, el Ejército Ucraniano solo fue capaz de ganar una posición en Zvezda. La situación se complicó en Krest, ya que se encuentra al otro lado del río, prácticamente en la localidad de Kalinovka. La 54ª Brigada, completamente exhausta, no intentó avanzar directamente por Logvinovo hacia Debaltsevo.

La situación se estabilizó a lo largo del día y la 7ª Brigada de la milicia comenzó a trasladarse desde Debaltsevo hacia el frente. Para entonces, las bajas del Ejército Ucraniano eran tan elevadas que el sistema logístico se vino abajo. No había suficientes médicos ni vehículos. Cuando consiguieron llegar a Artyomovsk, los exhaustos heridos comenzaron a ser trasladados a Járkov, Vinnitsa y Kiev en helicópteros.

Las milicias repelieron el ataque con un contraataque sin recurrir a sus reservas y finalmente se incorporó la artillería, casi dos días tarde por diferentes factores, principalmente por la localización y la necesidad de sistemas de apoyo y logística. Parte de las milicias tuvieron que atravesar setenta kilómetros en el frío, algo normal para la tecnología moderna, pero los depósitos de combustible y munición se encontraban en la retaguardia como exigía Minsk-2.

El Ejército Ucraniano hizo uso de las reservas de artillería: hasta seis howitzers y varios SAU. La ventaja seguía estando del lado de las milicias y las tropas ucranianas retrocedieron de las posiciones que habían ocupado, dejando atrás a muertos y heridos. Ellos fueron los primeros capturados. Las posiciones de Zvezda y Krest se quedaron desiertas, bajo el constante fuego de artillería, que impide a todos llegar hasta allí.

En algún momento, el Ejército Ucraniano abandonó el pequeño terreno de Gryazev, que no tenía sentido mantener ni en términos estratégicos ni tácticos sin contar con la colina Krest. Así que el ataque se convirtió en una sangría sin sentido. La morgue de Debaltsevo está llena de personal militar ucraniano.

El Ejército Ucraniano utilizó su artillería contra las posiciones de las milicias, algo habitual para evitar un posible contraataque y útil para impedir que los refuerzos lleguen al frente. Pero por primera vez desde 2015, la ciudad de Debaltsevo, igual que Uglegorsk, también se encontró bajo el fuego de artillería, lo que causó pánico entre las población. Las milicias no tenían intención de contraatacar en esa zona: simplemente no disponían de los recursos necesarios, así que no había una contraofensiva a la vista.

A primera vista, podría haber sido un nuevo intento de probar la primera línea de defensa de las milicias en una zona complicada. Pero el desarrollo de la operación, con el primer batallón de la 54ª Brigada en la batalla acompañada por una serie de unidades poco preparadas, ha dado como resultado un extraño y generalmente caótico intento de atacar. Y pudo ir más allá, ya que el tercer día de batalla se luchaba ya prácticamente a lo largo de todo el frente y el Ejército Ucraniano comenzó a utilizar sus reservas en varias secciones. Volvieron a comenzar los bombardeos de zonas residenciales de Donetsk que no se habían producido en mucho tiempo. Se trata así de un clásico ejemplo de escarceos locales que podrían derivar en un empeoramiento general de la situación.

Es preciso volver a insistir en el uso de armamento pesado de todos los calibres disponibles pese a todos los acuerdos previos [de alto el fuego y retirada de armamento pesado de la línea del frente] firmados. La lógica de la batalla exigía el uso de todos los medios disponibles y solo el uso de las fuerzas principales permitió a la milicia expulsar a la 54ª Brigada de las posiciones que había capturado durante el día. En algunas zonas, la lucha se produjo en zonas en las que la separación entre las partes no superaba los setenta metros.

Por otra parte, la 54ª Brigada no contó con ninguna posibilidad de desarrollar la ofensiva. La lucha por las posiciones avanzadas no ha supuesto ningún desarrollo estratégico real. Sin embargo, hay pruebas de que las operaciones de los últimos días se han realizado bajo mando de oficiales alto rango. En casos anteriores, este tipo de conflicto venía a cargo de una brigada o incluso de comandantes de batallón, lo que hasta ahora había limitado la escala de dichas operaciones.

Puede que todo haya sido realmente una iniciativa del coronel Gorbatyuk, que decidió regalarse a sí mismo la captura de una zona del frente (hace tiempo que el lado ucraniano se queja del bosque encantado, que no les permite relajarse). Pero el contexto general hace pensar en cierto componente político: la idea de que un ataque contra las posiciones avanzadas de las milicias tendría un efecto positivo en la situación interna de Ucrania, donde una crisis sucede a otra.

No funcionó, incluso si se tiene en cuenta el uso de nuevas tácticas. En estos momentos, la situación en este sector ha vuelto a la normalidad del periodo 2015-2016, con enfrentamientos locales y duelos de artillería. Pero las perspectivas negativas se mantienen prácticamente a lo largo de todo el frente. Y nadie se atreve a predecir qué puede pasar en un futuro próximo.

* slavyangrad.es

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